Mucha lógica
El Citroën C3 Aircross es un modelo que ha sabido ganarse el aprecio del público con el paso del tiempo. Su estética de coche utilitario con aires de vehículo apto para la circulación fuera del asfalto, han sido sus grandes bazas para entrarle al cliente por los ojos. Si a esto le sumamos un espacio interior bastante bueno y una dinámica muy conseguida, tenemos todos los ingredientes para convertirse en un best-seller.
Exteriormente, si lo comparamos con el C3, las diferencias son notables, entre las que se encuentran una mayor altura al suelo, unas protecciones de plástico y una estética bien diferenciada. Como sucede en la mayor parte de los modelos de la marca, la comodidad en la conducción reina gracias a unos asientos y unas amortiguaciones que ya se han convertido en todo un símbolo de la marca francesa.
En el interior encontramos algunos acabados con una calidad algo pobres, pero pasan desapercibido en cuanto arrancas la marcha. El abanico de diferentes mecánicas pasa por motores de gasolina o diésel, así como cajas de cambios manuales o automáticas. Estas últimas cumplen su función perfectamente, aunque la velocidad y agilidad de sus cambios no son algo de lo que pueda presumir este vehículo.