BMW Serie 1 116d
Con la nueva arquitectura, el compacto prescinde de la propulsión y da la bienvenida a un motor que no está montado longitudinalmente, sino transversalmente, y eso tiene una importante repercusión tanto en la distribución de pesos como en el comportamiento del vehículo. Pero antes de descubrir cómo ha afectado este cambio en la dinámica del BMW Serie 1 116d, toca destacar la gran ventaja que aporta esta inédita disposición en el compacto, es decir, la mayor habitabilidad y el incremento de volumen del maletero. Todo ello con unas cotas de 4,32 metros de largo por 1,80 de ancho y 1,43 de alto, lo que supone una pérdida de un centímetro en su longitud aunque gana más de tres a lo ancho y otro a lo alto.
Tampoco nos podemos olvidar de las plazas delanteras y de unos asientos realmente cómodos que nos permiten ajustar nuestra espalda con el respaldo a las mil maravillas. Desde ellos se aprecia un puesto de conducción algo más elevado que en la anterior generación, con un cuadro de instrumentos digital y un sistema de infoentretenimiento —de 10,25 pulgadas en ambos casos— que proporcionan un visionado claro y sencillo, sin olvidarnos de una instrumentación austera que concentra muchos botones junto a la palanca de cambios. A nivel de acabados no hay queja ya que los materiales presentan una calidad elevada, algo que puedes esperar de un coche de este tipo.