PORSCHE Cayenne S Diesel
El que hoy traemos hasta vosotros es uno de esos vehículos que representa un símbolo de notoriedad social y éxito profesional. Por ello durante la época de la “burbuja inmobiliaria” no era raro (más bien al contrario) ver innumerables Porsche Cayenne rodando por nuestras calles y carreteras, casi como si los regalaran… Aquellos tiempos quedan ya lejos, pero este modelo sigue rodeado de esa misma aureola, además de ser reflejo de la saneada economía de quien lo conduce.
Las líneas exteriores del Porsche Cayenne, como ya os hemos contado, han ido estilizándose con el paso del tiempo, hasta llegar a la versión que hoy os traemos hasta aquí, en la que no solo se ha logrado mantener un aspecto imponente, sino que nos deleita con un diseño que hace girar la cabeza a los transeúntes y que los otros conductores te miren de soslayo al circular a tu lado, convirtiéndose en “ese oscuro objeto del deseo” (como el título de la última película que dirigió el genio Luis Buñuel) y, en nuestro caso, por partida doble dado el color exterior (Negro Jet metalizado) de la unidad de pruebas que nos facilitó el departamento de prensa de la marca alemana.
En las esquinas se han situado los grupos ópticos delanteros que, en esta ocasión, son de tipo Bi-Xenón, contando con el sistema Porsche Dynamic Light System (PDLS) de regulación automática y dinámica del haz luminoso, además de unas espectaculares luces de día formadas por cuatro elementos tipo LED flotantes, que le otorgan un aspecto muy llamativo.
La parte central del salpicadero se caracteriza por la presencia de dos grandes tomas de aireación verticales (con otras dos, simétricas, en ambos extremos) entre las que se sitúa la pantalla multifunción táctil de 7 pulgadas del Porsche Communication Management (PCM), que sirve para controlar todos los sistemas de infoentretenimiento del vehículo, con la ayuda de otros mandos físicos situados inmediatamente debajo.
Los asientos delanteros son excepcionales y, aunque no son los más deportivos del catálogo, sujetan adecuadamente el cuerpo cualquiera que sea la conducción que se lleve a cabo, además de ofrecer una gran comodidad en largos viajes. Admiten todo tipo de regulaciones eléctricas (hasta en 14 posiciones, en nuestro caso) y pueden memorizarse los ajustes personalizados, en el caso de que utilicen el vehículo varios conductores. Además están calefactados y refrigerados.