Estando frente a varias unidades, veo varios detalles del diseño del GLC Coupé 2023, como el patrón de las estrellas de Mercedes en la parrilla o los faros Digital Light opcionales (de serie son LED de alto rendimiento). Además, dado que se trata de ejemplares que montan el acabado AMG Line, el aspecto general es más bien deportivo.
En concreto, esta configuración suma retoques en negro y llantas de entre 18 y 20 pulgadas, entre otros detalles. Eso sí, también es posible optar por las versiones como la Avantgarde de acceso, que se caracteriza por utilizar detalles cromados en lugar de por los elementos en negro brillante.
Además, donde más se notan las novedades es en la trasera, con unos pilotos más finos y que ahora están unidos por una moldura. Hubiera preferido que formase parte del faro y que todo se iluminara, pero igualmente le sienta bien a este modelo.
Más allá de esto, el interior del nuevo GLC Coupé también ha recibido cambios sutiles, pero lo cierto es que funciona bien. Hay una pantalla de 12,3” para el cuadro de instrumentos y otra central de 11,9” con el último MBUX y nuevas funciones.
En general, está claro que la tecnología domina el habitáculo, pero no es lo único que me encuentro aquí, ya que también me gusta la amplitud y comodidad en las plazas delanteras.
La gama de motores del Mercedes GLC Coupé 2023 se compone de propulsores electrificados, con versiones microhibridadas e híbridas enchufables. Esta ya es la norma en la marca y puedes encontrar bloques de gasolina y diésel. En todos los casos, eso sí, vienen acompañados de un sistema de tracción integral 4MATIC.
En este caso, la unidad que conduzco monta una suspensión de aire AIRMATIC opcional, que aporta un plus de comodidad, aunque puede ser demasiado blanda a bajas velocidades. Asimismo, el coche cuenta con el eje trasero direccional con hasta 4,5 grados de giro, lo que aporta una maniobrabilidad muy agradecida en ciudad.
Sobre este último elemento, por debajo de 60 km/h el eje gira en dirección contraria a las ruedas delanteras, pero lo hace en el mismo sentido por encima de esa cifra, de manera que el manejo es bueno también a mayores velocidades. Mientras tanto, la suspensión puede sentirse algo blanda en ciudad, pero no es un problema y a un mayor ritmo no resulta en una falta de estabilidad.
Lo cierto es que Mercedes sigue teniendo un buen producto entre manos. Los cambios pueden no ser espectaculares a simple vista, pero son efectivos y sí hay trabajo en áreas como la tecnología. Asimismo, la oferta mecánica es suficientemente variada y encaja adecuadamente con un coche así.
En general, el GLC me ha dejado contento. Es un coche que cumple bien su cometido y mis principales quejas van en la línea de mis preferencias, como la falta de botones físicos o una mejor amplitud y vista en la trasera. Para mí, sería un mejor SUV con ajustes en esas áreas, pero sigue siendo un buen integrante de su segmento.